jueves, 30 de mayo de 2013

LA PÉRDIDA DEL INTERÉS ESPIRITUAL


Tal vez hayas tenido la experiencia de que poco después de haber decidido morir a una vida más externa, y de
haberte movido hacia su alto monte, sientes como si nada estuviera obrando a favor tuyo. Todas las experiencias
tan maravillosas que tanto aprecias se van a secar. Apenas vas a poder hablar de las cosas espirituales, o tal
vez hallarás que te has alejado tanto, que nos vas a poder concebir siquiera un buen pensamiento acerca de
Dios. Te parecerá que el cielo se ha vuelto de bronce, y va a haber muy poca luz, si es que hay alguna. Y cuando
vuelvas a concentrarte y a pensar, ni siquiera tus pensamientos te van a poder consolar.
Puedes estar seguro de que, si eso es lo que sucede en tu vida, tu enemigo se te acercará con sugerencias,
pensamientos impuros, impaciencia. Orgullo, enojo, blasfemias, confusión y mucho más. Tal vez hasta te van a
desagradar las cosas de Dios. Y vas a sentir que has perdido y sentirás que has perdido parte de tu agudeza en
cuanto a comprensión espiritual. Algunos llegan incluso a sentir que no hay Dios; al menos, para ellos. Te vas a
preguntar si te queda aunque sea un solo buen deseo dentro de ti.
No temas. Esos momentos y esas cosas tienen un efecto depurador. Va a crecer en ti la sensación de tu
propia indignidad y la comprensión de que necesitas enfrentarte a tus apetitos externos. Sólo el Señor puede
arrojar al mar al Jonás de tus sentidos externos. Puedes estar seguro de que todos tus esfuerzos y tus luchas van
a ser inútiles. Ningún esfuerzo de piedad, de religión o incluso de negación de ti mismo, va a funcionar. Esas
cosas lo que van a hacer es ayudar a que resplandezca sobre ti una luz que te dirá: "Tú no puedes hacer nada.
Todas las cosas están en sus manos, y no en las tuyas". —MOLINOS

domingo, 26 de mayo de 2013

Dios lo hace perfecto

Cuenta la historia que un rey no creía en la bondad de Dios. Tenía sin embargo un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. Aprovechaba cualquier situación para decirle: Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. Él nunca se equivoca. Un día el rey salió a cazar con su súbdito, cuando de pronto un tigre los atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no pudo evitar que el Rey perdiese un dedo de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste: Y ahora, qué me dices, ¿Dios es bueno? Si Dios fuese bueno el tigre no nos hubiera atacado y yo no habría perdido mi dedo.El siervo respondió: Rey mío, a pesar de todo lo ocurrido, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás perder el dedo, haya sido para su bien. Porque Dios es perfecto y nunca se equivoca. El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que lo encerraran en la celda más oscura. Pasó algún tiempo y el rey salió nuevamente de cacería. Cuando menos se lo esperaba fue atacado por una tribu de indígenas que vivían en la selva. Estos indígenas eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses. Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar el ritual del sacrificio. Cuando ya lo tenían todo listo y el rey estaba frente al altar, esperando la muerte, el sacerdote de la tribu examinó a la víctima y gritó indignado: ¡Este hombre no puede ser sacrificado, es defectuoso, le falta un dedo! Y a continuación el rey fue liberado. Al volver a palacio, dio la orden de liberar a su súbdito y pidió que lo trajeran a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó con todas sus fuerzas y le dijo: Querido amigo, Dios fue realmente bueno conmigo, y le explicó lo sucedido. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno ¿Por qué permitió que yo te enviara preso a la cárcel? El siervo sonrió y le explicó al Rey: Rey mío, si yo hubiera estado con usted en esa cacería, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ya que a  mí, no me falta ningún dedo. Nada en la vida sucede por casualidad. Le pido humildemente que guarde esto en su corazón: 

“Todo lo que Dios hace es perfecto. Él nunca se equivoca”

miércoles, 24 de abril de 2013

LA SENDA DE CRISTO


Dios terminará probándote en todos los aspectos de tu vida, pero no va a permitir que tus pruebas lleguen a ser
mayores de lo que puedas soportar. Deja que Él use esas pruebas para ayudarte a crecer. No trates de medir tu
progreso, tus fuerzas, ni lo que Dios está haciendo. Su obra no es menos eficaz, porque lo que está haciendo sea
invisible.
Gran parte de la obra de Dios se hace en secreto, porque no querrías morir a ti mismo si El extendiera
"visiblemente su mano siempre para salvarte. Dios no te transforma sobre una cama de luz, vida y gracia. Su
transformación se hace en la cruz, en las tinieblas, la pobreza y la muerte.
¿Qué preguntas válidas tienes acerca de la verdad del cristianismo? En realidad, temes tenerte que someter a
alguien que no seas tú mismo. También temes tener que caminar por el difícil camino que te llevará a conformarte
a la imagen de Cristo. Ves con claridad los sacrificios que vas a tener que hacer para seguir a Cristo por
completo, y estás retrocediendo asustado.
Cristo no dijo: "Si alguno quiere venir tras de mí, que disfrute, que se ponga ropajes hermosos y se embriague
con deleite". Ni siquiera dijo jamás: "Alegraos de que sois perfectos, y de que podéis ver lo bien que os va". No;
lo que Jesús dijo fue: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". Su
senda recorre la ladera de una elevada montaña donde la muerte va a estar presente a cada paso. (Lee Mateo
16:24).
Aún no ves el aspecto placentero que tiene seguir a Cristo. Ves lo que Él se lleva, pero no lo que Él te da.
Exageras los sacrificios y pasas por alto las bendiciones.
Pablo te dice que quieres estar vestido, pero es necesario que te desnudes antes de poderte revestir de Cristo.
Permítele que te quite tu amor propio en todos tus ropajes, de manera que puedas recibir la túnica blanca lavada
en la sangre del Cordero. Sólo necesitas su pureza.
Escucha lo que te dijo. No es fácil oírlo, pero va a alimentar tu espíritu. No escuches la voz que te sugiere que
vivas para ti mismo. La voz del amor propio es más poderosa aún, que la voz de la serpiente. Si el mundo nunca
pidiera más que aquello que tú pudieras dar por amor, ¿acaso no sería un amo mejor?
Cristo no deja vacíos dentro de ti.. Vas a ser guiadora hacer cosas que vas a hallar agradables, y te van a gustar
más que hacer todas las cosas que te han descarriado. Qué feliz vas a ser cuando no poseas nada propio, sino
que te hayas entregado por completo a tu Señor. Desposada de Jesús, qué hermosa eres cuando ya no tienes
nada propio, sino que sólo buscar su belleza. Entonces harás las delicias de tu Novio, y Él será toda tu belleza.
Te amará sin medida. Pondrá su propia vida en ti. — FÉNELON