jueves, 30 de mayo de 2013
LA PÉRDIDA DEL INTERÉS ESPIRITUAL
Tal vez hayas tenido la experiencia de que poco después de haber decidido morir a una vida más externa, y de
haberte movido hacia su alto monte, sientes como si nada estuviera obrando a favor tuyo. Todas las experiencias
tan maravillosas que tanto aprecias se van a secar. Apenas vas a poder hablar de las cosas espirituales, o tal
vez hallarás que te has alejado tanto, que nos vas a poder concebir siquiera un buen pensamiento acerca de
Dios. Te parecerá que el cielo se ha vuelto de bronce, y va a haber muy poca luz, si es que hay alguna. Y cuando
vuelvas a concentrarte y a pensar, ni siquiera tus pensamientos te van a poder consolar.
Puedes estar seguro de que, si eso es lo que sucede en tu vida, tu enemigo se te acercará con sugerencias,
pensamientos impuros, impaciencia. Orgullo, enojo, blasfemias, confusión y mucho más. Tal vez hasta te van a
desagradar las cosas de Dios. Y vas a sentir que has perdido y sentirás que has perdido parte de tu agudeza en
cuanto a comprensión espiritual. Algunos llegan incluso a sentir que no hay Dios; al menos, para ellos. Te vas a
preguntar si te queda aunque sea un solo buen deseo dentro de ti.
No temas. Esos momentos y esas cosas tienen un efecto depurador. Va a crecer en ti la sensación de tu
propia indignidad y la comprensión de que necesitas enfrentarte a tus apetitos externos. Sólo el Señor puede
arrojar al mar al Jonás de tus sentidos externos. Puedes estar seguro de que todos tus esfuerzos y tus luchas van
a ser inútiles. Ningún esfuerzo de piedad, de religión o incluso de negación de ti mismo, va a funcionar. Esas
cosas lo que van a hacer es ayudar a que resplandezca sobre ti una luz que te dirá: "Tú no puedes hacer nada.
Todas las cosas están en sus manos, y no en las tuyas". —MOLINOS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario